8:17 | Autor Iglesia Hogar
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S
ervicio


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nformativo


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iocesano



año VI-270



1-Jul-2010






Año Diocesano
de la Familia


“La
familia, comunidad de amor al servicio de la vida”




Sumario



El Santo Padre





El mayor daño a la Iglesia es la
contaminación de la fe





El Papa destaca la diversidad de
carismas de los santos Pedro y Pablo





El Papa al Círculo de San Pedro:
“Caridad y testimonio”




Dios llena de una manera
superabundante el corazón del hombre, dice el Papa



La Santa Sede




Un Consejo Pontificio para la
Nueva Evangelización




Primer paso en las relaciones
de la Santa Sede con Vietnam




"Propaganda Fidei",
indispensable para la Iglesia




La fiesta de San Pedro y San
Pablo, la más romana de las fiestas




Los cristianos redescubren
Roma como símbolo de comunión



Internacional





El asesinato de un Obispo llama a
unidad de los cristianos





El cardenal Ouellet, de Quebec a
prefecto de la Congregación para Obispos





El Papa inauguró nuevos espacios
restaurados en San Pablo Extramuros





El Card. Kasper renunció a
presidir el Consejo de ecumenismo




La Santa Sede denuncia los
abusos contra los trabajadores domésticos





El Obispo





Agenda del Sr. Obispo - mes de
Julio





“El primer derecho de una
persona humana es su vida” - Ante un fallo que atenta la vida





Fiesta de la Familia - Marcha de
la Esperanza





Oración por el Año Diocesano de
la Famila



La Diócesis





Retiro Espiritual de la Familia





Encuentro Diocesano de
Catequistas





Celebraciones en la Parroquia San
Pablo - MdP





Adoración y Rosario en
Parroquia Nuestra Señora de Lourdes - Necochea





Acción Católica Argentina -
Diócesis de Mar del Plata





Pastoral Universitaria - Torneo
de Fútbol - Invitación





Solidaria forma de vivir los
partidos de Argentina en SMATA





Retiro Espiritual «Vida Nueva»:
la Gracia y los Dones del Espíritu Santo




Curso para Nuevos Ministros
Extraordinarios de la Eucaristía




CEDIER – Mesa de exámenes
-Escuela Universitaria de Teología




Encuentros de Evangelización
Popular Cura Brochero





DVD del Congreso Diocesano de la
Familia





Primera Profesión de Carmelitas
Misioneras





Columna de Liturgia del P. Ariel
Sueiro



Nacional





El cardenal Bergoglio visitó el
Centro Islámico





Beneplácito legislativo por la
misa de Corpus a favor de la familia





Presencia de Scioli en la Semana
Social, reconocimiento para la Iglesia





La Iglesia pide un nuevo
liderazgo para erradicar la pobreza





La Iglesia llama a ocuparse de
quienes padecen adicciones





Convocatoria nacional por el
matrimonio entre hombre y mujer





Recuerdan al fundador del Opus
Dei a 35 años de su muerte




Preparan el primer Congreso
de doctrina social en La Plata





Mons. Casaretto: "Hay una
aspiración muy fuerte a la reconciliación"





Renovado compromiso de Nuevos
Dirigentes con el bien común





Itatí se prepara para celebrar
sus fiestas patronales





Convocan al Encuentro Nacional
de Pastoral Penitenciaria





Campaña de Oración por la Vida,
el Matrimonio, la Familia y la Infancia





Inscriben al Curso de Office
Eclesial versión parroquial





Concurso para la canción oficial
del III Congreso Catequístico Nacional



Contenido



El mayor daño a la Iglesia es la
contaminación de la fe




Ciudad del Vaticano, 30 Jun. 10 (AICA)Durante su homilía pronunciada en
la misa que presidió ayer en la basílica vaticana, por la solemnidad de
los santos Apóstoles Pedro y Pablo, concelebrada con 38 arzobispos
metropolitanos a los que impuso el palio, el papa Benedicto XVI advirtió
que el peligro mayor para la Iglesia no proviene de las persecuciones,
sino de todo lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros
y de sus comunidades.

Comentando los textos bíblicos de la misa, el Papa explicó que "ponen de
relieve un tema que se puede resumir así: Dios está cerca de sus fieles
servidores y los libera de todo mal, así como libera a la Iglesia de las
potencias negativas. Es el tema de la libertad de la Iglesia, que
presenta un aspecto histórico y otro profundamente espiritual".

"La promesa de Jesús de que "el poder del infierno no prevalecerá" sobre
la Iglesia, comprende las experiencias históricas de persecución
sufridas por Pedro y Pablo y por los otros testigos del Evangelio, pero
va más allá, queriendo asegurar sobre todo la protección contra las
amenazas de orden espiritual".

El Santo Padre subrayó que "si pensamos en los dos milenios de historia
de la Iglesia, podemos observar que -como había anunciado el Señor
Jesús- no faltaron nunca pruebas para los cristianos, que en algunos
períodos y lugares asumieron características de verdaderas
persecuciones. Éstas, sin embargo, a pesar de los sufrimientos que
causan, no constituyen el peligro más grave para la Iglesia. El daño
mayor, en efecto, lo recibe de lo que contamina la fe y la vida
cristiana de sus miembros y de sus comunidades, mellando la integridad
del Cuerpo místico, debilitando su capacidad de profecía y de
testimonio, ofuscando la belleza de su rostro".

Tras recordar que san Pablo en la segunda carta a Timoteo señala que
"los hombres que obran el mal no progresarán más, porque su insensatez
quedará patente a todos", el Papa dijo que "existe, pues, una garantía
de libertad asegurada por Dios a la Iglesia, libertad tanto de los lazos
materiales que intentan impedir o coartar su misión, como de los males
espirituales y morales, que pueden mellar su autenticidad y su
credibilidad".

"El tema de la libertad de la Iglesia, garantizada por Cristo a Pedro,
tiene también una relación específica con el rito de la imposición del
palio, que hoy renovamos para 38 arzobispos metropolitanos. La comunión
con Pedro y sus sucesores, en efecto, es garantía de libertad para los
pastores de la Iglesia y para las mismas comunidades que les han sido
confiadas".

Benedicto XVI resaltó que "en el plano histórico, la unión con la Sede
Apostólica asegura a las Iglesias particulares y a las Conferencias
Episcopales la libertad con respecto a los poderes locales, nacionales o
supranacionales, que en algunos casos pueden obstaculizar la misión
eclesial. Además, y más esencialmente, el ministerio petrino es garantía
de libertad, en el sentido de la plena adhesión a la verdad, a la
auténtica tradición, de forma que el Pueblo de Dios quede preservado de
errores concernientes a la fe y a la moral".

"El hecho de que cada año vengan a Roma los nuevos metropolitanos para
recibir el palio de las manos del Papa se debe comprender en su
significado propio, como gesto de comunión, y el tema de la libertad de
la Iglesia nos ofrece una clave de lectura particularmente importante.
Esto es evidente en el caso de las Iglesias marcadas por persecuciones,
sometidas a ingerencias políticas o a otras duras pruebas. Pero no es
menos relevante en el caso de comunidades que sufren la influencia de
doctrinas desviadas o de tendencias ideológicas y prácticas contrarias
al Evangelio. El palio es en este sentido una prenda de libertad, como
el "yugo" de Jesús, que Él invita a llevar sobre la espalda, y en lugar
de pesar sobre quien lo lleva, lo alivia. Así también, el vínculo con la
Sede Apostólica -aun siendo comprometedor-, sostiene al pastor y a la
porción de Iglesia que se le confía a sus cuidados, haciéndolos más
libres y más fuertes".

Benedicto XVI puso de relieve el valor ecuménico de las palabras "las
potencias de los infiernos no prevalecerán sobre su Iglesia", ya que
"uno de los efectos típicos de la acción del Maligno es precisamente la
división en el interior de la Comunidad eclesial. Las divisiones, en
efecto, son síntomas de la fuerza del pecado, que sigue actuando en los
miembros de la Iglesia, también después de la redención".

"La unidad de la Iglesia se arraiga en su unión con Cristo y la causa de
la unidad plena de los cristianos -que se debe buscar y renovar siempre,
de generación en generación-, está sostenida también por su oración y su
promesa".

En este contexto, el Santo Padre saludó a la delegación del Patriarcado
de Constantinopla presente en la celebración eucarística e invitó a dar
gracias a Dios "por los progresos en las relaciones ecuménicas entre
católicos y ortodoxos y a renovar el compromiso de corresponder
generosamente a la gracia divina, que nos conduce a la comunión plena".

Al final de la misa, el Papa y el metropolita ortodoxo Gennadios bajaron
a la Confesión de San Pedro para rezar unos instantes.


(Sumario)





El Papa destaca la diversidad de
carismas de los santos Pedro y Pablo




CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 30 de junio de 2010 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI destacó la diversidad de carismas y misiones de los santos
que son el fundamento de la Iglesia: Pedro y Pablo.

En su alocución previa al rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio
Apostólico vaticano, este martes, el Papa afirmó que “los dos santos
patronos de Roma, a pesar de haber recibido de Dios carismas y misiones
diversas que cumplir, son ambos fundamento de la Iglesia una, santa,
católica y apostólica”.

Respecto a Simón Pedro, el Pontífice señaló que “está tan cerca del
Señor como para convertirse él mismo en una roca de fe y de amor sobre
la que Jesús ha edificado su Iglesia”.

San Pablo, añadió, “con la Gracia divina ha difundido el Evangelio,
sembrando la Palabra de verdad y de salvación en medio de los pueblos
paganos”.

Citando a san Juan Crisóstomo, Benedicto XVI afirmó que Dios ha hecho a
la Iglesia “más fuerte que el mismo cielo” y recordó que Cristo le dijo
a san Pedro que lo que atara en la tierra quedará atado en los cielos y
lo que desatara en la tierra quedará desatado en los cielos.

También subrayó que la Iglesia está “permanentemente abierta a la
dinámica misionera y ecuménica, ya que es enviada al mundo a anunciar y
testimoniar, actualizar y extender el misterio de comunión que la
constituye”

En sus palabras, pronunciadas tras celebrar en la Basílica Vaticana, la
misa de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo y entregar el palio a
39 arzobispos metropolitanos, explicó que el palio “simboliza tanto la
comunión con el Obispo de Roma, como la misión de apacentar con amor a
la única grey de Cristo”.

Finalmente, pidió que “el ejemplo de los Apóstoles Pedro y Pablo ilumine
las mentes y encienda en los corazones de los creyentes el santo deseo
de cumplir la voluntad de Dios, para que la Iglesia peregrina en la
tierra sea siempre fiel a su Señor”.

E invitó a los asistentes a dirigirse “con confianza a la Virgen María,
Reina de los Apóstoles, que desde el Cielo guía y sostiene el camino del
Pueblo de Dios”.

Tras rezar el Ángelus, el Papa saludó a los familiares y acompañantes de
los arzobispos que acababan de recibir el palio y a los peregrinos en
distintas lenguas.

A los de lengua española les invitó a seguir el ejemplo de los santos
Pedro y Pablo martirizados en Roma “para que, cada vez más unidos al
Señor, sepáis dar en vuestra vida abundantes frutos de santidad y
apostolado”.

Entre los arzobispos que recibieron ayer el palio se encuentran los de
Sevilla, monseñor Juan José Asenjo; Oviedo, monseñor Jesús Sanz; y
Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez, así como dos de México, dos de
Colombia, uno de Ecuador y uno de Panamá.





(Sumario)




El Papa al Círculo de San Pedro:
“Caridad y testimonio”




CIUDAD DEL VATICANO, lunes 28 de junio de 2010 (ZENIT.org).- “Caridad y
testimonio” son las dos consignas indicadas por Benedicto XVI a los
miembros del Círculo de San Pedro, al recibirles este sábado en
audiencia en el Vaticano.

El motivo del encuentro fue la tradicional entrega del Óbolo de San
Pedro, o las ofrendas recogidas en las parroquias y en las instituciones
de la diócesis de Roma, destinadas a las actividades caritativas del
Papa.

Este encuentro, que normalmente se celebra después de la fiesta de la
Cátedra de San Pedro, el 22 de febrero, constituye un momento
particularmente significativo que destaca la colaboración entre la Santa
Sede y esta asociación, nacida en Roma el 28 de abril de 1869 como obra
de don Domenico Jacobini y del periodista Paolo Mencacci.

Como testimonio de este particular vínculo de afecto con los romanos
pontífices, el Círculo cuenta entre sus socios del pasado con cuatro
personalidades eclesiásticas después elevadas al papado: Benedicto XV,
Pío XI, Pío XII y Pablo VI.

El Óbolo de San Pedro, dijo el Papa en su discurso, “representa un punto
de convergencia entre dos acciones complementarias que se concentran en
un único elocuente testimonio de caridad evangélica”.

Y ello, continuó “porque, por una parte manifiesta el afecto de los
habitantes de esta ciudad y de los peregrinos al sucesor de Pedro, y por
otra expresa la concreta solidaridad de la Santa Sede con las numerosas
realidades de miseria y pobreza que, por desgracia, permanecen en Roma y
en tantas partes del mundo”.

Benedicto XVI destacó después que a través de su compromiso con los mas
desafortunados, el Círculo de San Pedro difunde “un mensaje de esperanza
que proviene de la fe y de la adhesión al Señor”.

“Continuad siendo este signo concreto de la caridad del Papa para los
que se encuentran en necesidad, ya sea en sentido material o en sentido
espiritual, así como para los peregrinos que llegan a Roma de todas
partes del mundo para visitar las tumbas de los apóstoles y encontrarse
con el sucesor de Pedro”, exhortó.

De ahí la entrega para que “caridad y testimonio continúen siendo las
líneas directrices” de la asociación, y el aliento “a proseguir con
alegría esta acción”.

Después, refiriéndose al lema del Círculo de San Pedro, el Papa pidió
sacar siempre nuevas fuerzas de la oración y del espíritu de sacrificio
“para traer copiosos frutos de bien” a la comunidad cristiana y a la
sociedad civil.

En su discurso de saludo, el presidente general de la antigua
asociación, el duque Lepoldo Torlonia, ilustró algunas de las
iniciativas concretas realizadas este año, como la renovación de los
locales del asilo nocturno y de un comedor.

“Viniendo a nosotros, los pobres saben que es el Papa quien les acoge”,
dijo el presidente Torlonia. También recordó la construcción de un
orfanato en Laos.

El Círculo de San Pedro nació en el contexto de las dos últimas décadas
del siglo XIX como respuesta a un clima dominado por un feroz
anticlericalismo y por una situación de crisis profunda, que se intentó
afrontar con numerosas iniciativas caritativas como el Óbolo de San
Pedro (cuyo funcionamiento fue regulado por el papa Pío IX en la
encíclica Saepe venerabilis del 5 de agosto de 1871).

El Círculo, además de ofrecer asistencia práctica, moral y religiosa a
las personas necesitadas y sin hogar, o a las madres de los niños
hospitalizados en el Hospital Pediátrico Bambino Gesù, distribuye comida
caliente a quien la necesita, la considerada “sopa del Papa”.

Las cocinas del Círculo, que han resultado útiles muchas veces en
episodios históricos como la Segunda Guerra Mundial, fueron instituidas
en 1877 por expreso deseo de Pío IX.

Este papa confió sus cazuelas al ejército de los zuavos para que “el
ejército de los pobres, que nunca había faltado en la Iglesia, tuviera
siempre una sopa caliente”.





(Sumario)




Dios llena de una manera
superabundante el corazón del hombre, dice el Papa




CIUDAD DEL VATICANO, domingo 27 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto
XVI invitó hoy a dirigir la mirada al Sagrado Corazón de Jesús para
estar dispuesto a un seguimiento radical del Señor.

Al rezar a mediodía la oración del Ángelus junto a varios miles de
peregrinos congregados en la plaza de San Pedro este último domingo del
mes de junio, el Papa retomó el tema de la llamada de Cristo y de sus
exigencias.

“Hoy querría invitar a todos a contemplar el misterio del Corazón
divino-humano del Señor Jesús, para sacar agua de la fuente misma del
Amor de Dios”, dijo.

“Quien fija su mirada en ese Corazón atravesado y siempre abierto por
amor a nosotros, siente la verdad de esta invocación: 'Sé tú, Señor, mi
único bien'”, y está listo para dejarlo todo por seguir al Señor”,
añadió.

El Pontífice destacó que “un joven o una chica que deja su familia de
origen, los estudios o el trabajo para consagrarse a Dios” es “un
ejemplo vivo de respuesta radical a la vocación divina”.

Y aseguró que “ésta es una de las experiencias más bellas que se hacen
en la Iglesia: ver, tocar con la mano la acción del Señor en la vida de
las personas; experimentar que Dios no es una entidad abstracta, sino
una Realidad tan grande y fuerte como para llenar de una manera
superabundante el corazón del hombre, une Persona viva y cercana, que
nos ama y pide ser amada”.

También se refirió a “la novedad y la prioridad absoluta del Reino de
Dios que se hace presente en la Persona misma de Jesucristo” y a la
“radicalidad que le es debida al Amor de Dios, al cual Jesús mismo
obedece primero”.

Benedicto XVI continuó hablando del seguimiento radical de la vocación
divina indicando que “quien renuncia a todo, incluso a sí mismo, para
seguir a Jesús, entra en una nueva dimensión de la libertad”.

“¡Libertad y amor coinciden!”, exclamó, y añadió que “al contrario,
obedecer al propio egoísmo conduce a rivalidades y conflictos”.

Tras rezar el Ángelus, en su saludo a los peregrinos en lengua española,
el Papa destacó que “Jesús mismo nos invita a un seguimiento más radical
de su Persona, basado en el amor y el servicio”.

Y finalmente invitó a suplicar “la gracia de entender cada día más esta
paradoja evangélica: que sólo el que pierde la vida por Cristo, la gana
realmente”.





(Sumario)




Un Consejo Pontificio para la Nueva
Evangelización




Ciudad del Vaticano, 29 Jun. 10 (AICA)Ayer, 28 de junio, durante la
celebración de las Primeras Vísperas de la Solemnidad de los santos
Pedro y Pablo, en la Basílica de San Pablo Extramuros, el papa Benedicto
XVI anunció la creación de un nuevo dicasterio vaticano dedicado
específicamente a la reevangelización de los antiguos países cristianos,
hoy secularizados, sobre todo en Occidente.

Este nuevo organismo, explicó el pontífice, tendrá la forma jurídica de
“Consejo Pontificio”, y su tarea primordial será “promover una renovada
evangelización en los países donde ya resonó el primer anuncio de la fe
y están presentes Iglesias de antigua fundación, pero que están viviendo
una progresiva secularización de la sociedad y una especie de eclipse
del sentido de Dios”.

El nuevo Consejo quiere desarrollar un aspecto del decreto conciliar Ad
gentes, que preveía tres tipos distintos de evangelización: una primera
evangelización a los países que nunca recibieron el evangelio; una
consolidación en los países evangelizados hace poco tiempo; y una nueva
evangelización en los antiguos países cristianos, hoy secularizados.

En realidad, afirmó el Papa, este “gran anhelo conciliar a la
evangelización del mundo contemporáneo” no está solo en el decreto Ad
gentes, sino que “de alguna manera está en todos los documentos del
Vaticano II y que, antes aún, animaba los pensamientos y el trabajo de
los Padres conciliares.

El Santo Padre afirmó que, en su forma y dirección concreta, este
objetivo de la “nueva evangelización” fue la gran inspiración de Juan
Pablo II. “No hay palabras para explicar cómo el Venerable Juan Pablo
II, en su largo pontificado, desarrolló esta proyección misionera”.

Juan Pablo II “representó 'en vivo' la naturaleza misionera de la
Iglesia, con los viajes apostólicos y con la insistencia de su
Magisterio sobre la necesidad y urgencia de una 'nueva evangelización'”,
explicó el Papa.

“A todos es evidente que mi Predecesor dio un impulso extraordinario a
la misión de la Iglesia, no solamente por las distancias que recorrió,
sino sobre todo por el genuino espíritu misionero que lo animaba y que
nos dejó en herencia en el alba del tercer milenio”, afirmó Benedicto
XVI.

El Papa se declaró “heredero” de Juan Pablo II, y recordó sus propias
palabras al comienzo de su ministerio petrino: “la Iglesia es joven,
abierta al futuro”.

“Y lo repito hoy, sobre el sepulcro de san Pablo: la Iglesia es en el
mundo una inmensa fuerza renovadora, no ciertamente por sus fuerzas,
sino por la fuerza del Evangelio, en el que sopla el Espíritu Santo de
Dios, el Dios Creador y redentor del mundo”.

Admitiendo que los desafíos de la época actual “están por encima de las
capacidades humanas: lo están los retos históricos y sociales, y con
mayor razón los espirituales”, sin embargo recordó que “con la fe en
Dios nada es imposible”.

Hoy, afirmó, “existe un hambre más profunda, que sólo Dios puede saciar.
También el hombre del tercer milenio desea una vida auténtica y plena,
tiene necesidad de verdad, de libertad profunda, de amor gratuito”.

“También en los desiertos del mundo secularizado, el alma del hombre
tiene sed de Dios, del Dios vivo”, afirmó.

Especialmente, se refirió a las naciones “en las que el Evangelio echó
raíces durante muchos siglos, dando lugar a una verdadera tradición
cristiana, pero en la que en los últimos siglos –con dinámicas
complejas– el proceso de secularización produjo una grave crisis del
sentido de la fe cristiana y de la pertenencia a la Iglesia”.

Benedicto XVI subrayó también la importancia del diálogo ecuménico en
esta nueva evangelización, ante los miembros de la delegación enviada
por el Patriarca Bartolomé I con motivo de la solemnidad de San Pedro y
San Pablo, como es costumbre desde hace varios años.

“Que la intercesión de los santos apóstoles Pedro y Pablo obtenga a la
Iglesia entera fe ardiente y valor apostólico, para anunciar al mundo la
verdad de la que todos tenemos necesidad, concluyó el Papa.


(Sumario)




Primer paso en las relaciones de la
Santa Sede con Vietnam




Ciudad del Vaticano, 29 Jun. 10 (AICA)El Papa Benedicto XVI designará en
breve una persona que sin residir en Vietnam representará a la Santa
Sede ante ese país del Sudeste asiático gobernado por un régimen
comunista, como primer paso para formalizar las relaciones entre ambos
Estados, y los vínculos de la Santa Sede con la Iglesia de Vietnam.

Así se acordó en el grupo conjunto de trabajo Vietnam-Santa Sede en el
encuentro realizado en el Vaticano los días 23 y 24 de junio, según
explica un comunicado de la Secretaría de Estado, publicado el sábado 27
de junio por la Oficina de Información de la Santa Sede.

La delegación de la Santa Sede “pidió que se aseguren las condiciones
que permitan a la Iglesia católica participar con mayor eficacia en el
desarrollo del país, especialmente en el ámbito espiritual, educativo,
sanitario, social y caritativo”, dice el comunicado.

Además recuerda que la Iglesia en sus enseñanzas invita a los fieles a
ser buenos ciudadanos y a comprometerse por el bien común de la
población.

La delegación vietnamita recordó las líneas constantes de la política
vietnamita de respeto a la libertad de religión y de credo, así como las
medidas legales de garantizar su actuación.

Sobre las relaciones bilaterales, el comunicado destaca que ambas
delegaciones registraron desarrollos alentadores en varias áreas de la
vida católica en Vietnam, especialmente en relación con el Año Jubilar”.

La Iglesia en Vietnam está celebrando un jubileo por el 350° aniversario
de la creación de dos Vicariatos Apostólicos y el 50° aniversario de la
institución de la jerarquía católica en el país.

Las delegaciones apreciaron “los desarrollos positivos producidos por el
primer encuentro del grupo conjunto de trabajo, celebrado en Hanoi en
febrero de 2009. especialmente el encuentro entre el Papa Benedicto XVI
y el presidente de Vietnam Nguyen Minh Triet”.

También “recordaron el discurso de Benedicto XVI con motivo de la última
visita ad límina de los obispos vietnamitas y el Mensaje del Santo Padre
a la Iglesia católica en Vietnam con motivo del Año Jubilar”.

Ambas delegaciones -dice el comunicado- se mostraron de acuerdo en que
estas enseñanzas del Santo Padre servirán como orientación para la
Iglesia en Vietnam en los años venideros.

Las delegaciones acordaron también celebrar un tercer encuentro del
grupo conjunto de trabajo, en Vietnam, en una fecha que se acordará
siguiendo los canales diplomáticos.

Con motivo del encuentro, la delegación vietnamita hizo una visita de
cortesía al secretario de las Relaciones de la Santa Sede con los
Estados, monseñor Dominique Mamberti, al prefecto de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos y al vicariato de la diócesis de
Roma.

La delegación también visitó el Hospital pediátrico Bambino Gesù de la
Santa Sede en Roma.

Los encuentros se celebraron casi un mes y medio después de la
aceptación, por parte del Papa, de la renuncia del arzobispo de Hanoi,
monseñor Joseph Ngô Quang Kiêt, cuya salud se resintió debido a las
presiones recibidas por razón de su cargo en esta república democrática.

Hasta ahora, Vietnam era uno de los pocos países que no mantenían
relaciones diplomáticas con la Santa Sede, al igual que la República
Popular China.

En este país, la Iglesia católica cuenta con cerca de seis millones de
fieles, en una población que casi alcanza los 90 millones.


(Sumario)




"Propaganda Fidei", indispensable para
la Iglesia




CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 28 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el organismo
vaticano para las misiones en los países de reciente o escasa
evangelización, realiza una labor indispensable para la Iglesia
universal que no puede ser puesta en entredicho por artículos de prensa
parciales, aclara la Santa Sede.

La Oficina de Información vaticana ha publicado este lunes un comunicado
con el que comenta artículos publicados, sobre todo en la prensa
italiana, sobre la venta de una propiedad y otras actividades de la
Congregación realizadas entre 2001 y 2006, cuando su prefecto era el
cardenal Crescenzio Sepe, actual arzobispo de Nápoles.

Para explicar mejor cuáles son las actividades que realiza la
institución, el Vaticano aclara que "tiene la tarea de dirigir y
coordinar en todo el mundo la obra de evangelización y la cooperación
misionera".

"El primer y fundamental objetivo consiste, por tanto, en guiar y apoyar
a las Iglesias jóvenes, situadas en territorios de reciente o escasa
evangelización, territorios que en virtud de una larga tradición están
sometidos a la competencia del dicasterio por lo que se refiere a todos
los aspectos de vida eclesial".

La Congregación, para lograr este objetivo, "dirige y mantiene en Roma
una amplia serie de instalaciones al servicio de la formación, entre las
que destacan la Universidad Pontificia Urbaniana (unos mil cuatrocientos
alumnos en este año académico), varias residencias universitarias, en
las que estudian actualmente 150 seminaristas, 360 sacerdotes, 150 entre
religiosas y laicos enviados de los cincos continentes".

"Esta gran obra, que exige una cantidad importante de recursos
financieros, constituye sólo una parte del compromiso de la
Congregación. Como se sabe, distribuye cada año a las Iglesias de los
territorios que le están sometidos (1.080 circunscripciones) un subsidio
financiero ordinario, que en muchos casos representa la principal o una
de las principales fuentes de entrada para las diócesis, los vicariatos
apostólicos, las prefecturas, las misiones sui iuris, etcétera".

"Además, la Congregación envía anualmente ayudas para la formación del
clero local, que para la Santa Sede es un medio imprescindible para el
crecimiento y la maduración de estas Iglesias, que se encuentran entre
las realidades más vitales y prometedoras para el futuro de la Iglesia
católica".

La Congregación para la Evangelización de los Pueblos recibe sus
recursos principalmente de la colecta de la Jornada Misionera Mundial,
distribuida totalmente a través de las Obras Pontificias Nacionales, y,
en segundo lugar, de las rentas del propio patrimonio financiero e
inmobiliario.

"El patrimonio se ha constituido a través de décadas gracias a numerosas
donaciones de bienhechores de todo origen, que han querido dejar parte
de sus bienes al servicio de la causa de la evangelización", aclara la
nota.

Con la aclaración, el Vaticano "pretende recordar a todos la identidad,
el valor y el significado profundo de institución vital para la Santa
Sede y para toda la Iglesia católica, que responde al mandamiento de
Jesús: 'Id a todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura'".



(Sumario)




La fiesta de San Pedro y San Pablo,
la más romana de las fiestas




Ciudad del Vaticano, 28 Jun. 10 (AICA)“Roma: historia y fe”, es el
título del editorial del director de la Oficina de prensa de la Santa
Sede, padre Federico Lombardi SJ, para el informativo semanal Octava
Dies, del Centro Televisivo Vaticano, dedicado a los santos Apóstoles,
Pedro y Pablo, patronos de Roma, cuya fiesta se celebra el 29 de junio.

“La fiesta de los Santos Pedro y Pablo -dice el padre Lombardi- es la
más ‘romana’ de la fiestas. Efectivamente, Roma es lo que es para la
Iglesia universal, precisamente, porque es el lugar del martirio y de
las tumbas de los dos grandes apóstoles.

En esta fiesta vienen a Roma los nuevos arzobispos, nombrados durante el
año, para recibir de las manos del Papa el “palio”, que llevarán sobre
las espaldas en las celebraciones litúrgicas, como símbolo de su unión
con él en la guía de sus Iglesias y en el cuidado por la comunión de la
Iglesia universal. Los palios se conservan en la hornacina más cercana a
la tumba de Pedro, bajo el altar central de la basílica vaticana,
perpendicular al vértice de la gran cúpula, que indica precisamente el
corazón de la comunión de la Iglesia.

En esta fiesta viene a Roma, también, una delegación del Patriarcado
ecuménico de Constantinopla, para manifestar la fraternidad entre las
Iglesias ortodoxas y la católica, con la esperanza de una comunión más
plena.

Hacia Roma mira, desde hace dos mil años, quien reza, espera y trabaja
por la unidad de la comunidad de los creyentes en Cristo. A Roma viene
el peregrino para encontrar los testimonios de esta historia de
vicisitudes y de pasiones por la unidad. Nos acompaña en el camino, la
mirada de los apóstoles, aquí venerados y presentes desde los tiempos
más antiguos -como testimonian también los recientes descubrimientos de
las catacumbas de Santa Tecla–. La fuerte fe del Sucesor de Pedro, su
lectura de los acontecimientos guiada por el Espíritu, permanece como
punto de referencia seguro para quien quiere seguir a Jesucristo, junto
a otros creyentes, en el acontecer concreto de nuestra historia”





(Sumario)




Los cristianos redescubren Roma como
símbolo de comunión




CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 27 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Al igual
que hace dos mil años, Roma es redescubierta por católicos y cristianos
de otras confesiones como signo de comunión, constata el portavoz
vaticano.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información
de la Santa Sede, ha comentado el significado de "la fiesta más romana",
en el editorial del último número de "Octava Dies", semanario del Centro
Televisivo Vaticano, del que también es director.

"Efectivamente, Roma es lo que es para la Iglesia universal,
precisamente, porque es el lugar del martirio y de las tumbas de los dos
grandes apóstoles", reconoce.

En esta fiesta vienen a Roma los nuevos arzobispos, nombrados durante el
año, para recibir de las manos del Papa el "palio", que llevarán a
hombros en las celebraciones litúrgicas, como símbolo de su unión con
él, en la guía de sus Iglesias y en la atención por la comunión de la
Iglesia universal.

Los palios se conservan en la hornacina más cercana a la tumba de Pedro,
bajo el altar central de la Basílica, perpendicular al vértice de la
gran cúpula, que indica precisamente el corazón de la comunión de la
Iglesia.

En esta fiesta, viene a Roma también, una delegación del patriarca
ecuménico de Constantinopla, Bertolomé I, para manifestar la fraternidad
entre las Iglesias ortodoxas y la católica, con la esperanza de una
comunión más plena.

"Hacia Roma mira pues, desde hace dos mil años, quien reza, espera y
trabaja por la unidad de la comunidad de los creyentes en Cristo",
reconoce el padre Lombardi.

"A Roma viene el peregrino para encontrar los testimonios de esta
historia de vicisitudes y de pasiones por la unidad. Nos acompaña en el
camino, la mirada de los apóstoles, aquí venerados y presentes desde los
tiempos más antiguos, como testimonian también los recientes
descubrimientos de las catacumbas de Santa Tecla".

"La intensa fe del Sucesor de Pedro, su visión de los acontecimientos
guiada por el Espíritu, permanece como punto de referencia seguro para
quien quiere seguir a Jesucristo, junto a otros creyentes, en el
acontecer concreto de nuestra historia", concluye el portavoz vaticano.



(Sumario)





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